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miércoles, 19 de mayo de 2010

querido amigo/a

De que nos vale ser buenos ingenieros o buenos abogados, de que nos vale terminar una carrera si creemos que podemos ir por la vida caminando por encima de uno o si vemos a los demás por debajo del hombro.
hay algo que aun no hemos aprendido y que no enseñan en las escuelas ni en las universidades, algo que solo lo experimentamos con el tiempo

"Vida"

La vida muestra varios caminos para tu plácida y a la vez lúgubre existencia en el mundo. Te enseña a amar, a vivir, a sentir, a ser feliz, a reír… pero también te enseña a llorar, a maldecir a las personas, a odiar al prójimo, te enseña lo que es la frustración y la ira… mas sobre todo, te enseña lo que es el dolor, el sufrimiento y la decepción. La vida es como un aula repleta de alumnos, mientras unos pocos suspenden, otros sacan notas brillantes. Los que están en medio podría decirse que son otros sentimientos del ser humano que nada tienen que ver con lo que te estoy contando.
Podemos afirmar que la vida es también un constante adiós. Cada persona que conoces en tu vida, te dirá adiós tarde o temprano de una u otra forma: algunos simplemente dejan de existir, otros se alejan de ti, otros se van a vivir a algún otro lugar, otros te hacen daño y no los quieres ver más… etc.
La soledad es como la maldición del ser humano aunque, éste en si, anhela cariño, y cuanto más tengamos mejor. Cuando no lo consigue se viene abajo, y eso es porque somos dependientes por naturaleza ¡Cuántas veces no habré oído esa frase de “Quiero irme a vivir solo/a” y luego resulta que la misma persona que lo dice se va con su pareja, amigos, hermanos, primos…! Estamos pensados únicamente para convivir y no como única existencia, necesitamos ser multitud. Todo en este mundo tiene su propia armonía y equilibrio. Todo está unido y provoca una forma de simbiosis, necesaria para la existencia, a cada lado de la balanza. Muchas veces hemos escuchado eso del odio al amor hay un paso (¡y qué razón tienen!), e incluso sabemos que se puede llorar de alegría, incluso por cada persona que viene, hay otra que se va. Cómo bien ves, mi querido amigo/a todo está ligado entre sí y por ello me veo en la obligación de incluir la mentira, la falsedad, y la autodestrucción a la que somos capaces de someternos. Somos los seres más egoístas del planeta tierra, pero tampoco ponemos de nuestra parte para hacer girar la tortilla.
Para mi el nacimiento de un bebé es algo casto y puro. Sin embargo, el conocer a las personas y el aprendizaje gracias a ellas es lo que nos corrompe en nuestro camino. Nos llenamos de miseria hasta hundirnos en las arenas movedizas de los desiertos más lejanos de nuestra propia imaginación. Nos contaminan constantemente y cuando lo hacen con nosotros, aprendemos a hacerlo y lo peor de todo es que lo hacemos con los demás. Es un círculo vicioso del cuál jamás vamos a salir, la pescadilla que se muerde la cola…
No pretendo deprimirte querido amigo/a haciéndote leer las palabras del prólogo de un libro que, seguramente jamás será publicado. Simplemente expreso mi opinión y en este caso lo que yo siento hacia lo que me rodea. Mi corazón no aguanta tanto reproche, hay amargura en mi tono y angustia en mi interior. Una de las cosas que más me molesta es la justicia. Bien codiciado por todos y conseguido solo por unos cuantos (que la mayor parte de las veces suelen ser los que no se la merecen). No soporto que criaturas indefensas, sufran porque a la justicia, ciertos asuntos le quedan demasiado grandes y se le escapan de las manos. No puedo ver que la gente se muere de hambre en el mundo mientras otros guardan sus lujosos mercedes de dos en dos en sus cuatro garajes de sus cuatro mansiones y tampoco entiendo que una persona media como yo tiene que estar trabajando 40 horas semanales para ganar una mísera cantidad de tres cifras y poder malvivir. Es superior a mis fuerzas ver cómo la gente se dedica a juzgarte por tu físico en vez de calibrar tu valía. Hay veces que me siento como un papel de oficina que va pasando de papelera en papelera para acabar en el vertedero, siendo separado para reciclarlo. Marginado. Pero como ya he dicho, es una mera opinión y un sentimiento sin importancia para la gente que podría cambiar el mundo.
Solamente éstas son las razones por las que he decidido hacer esta historia, para darte la oportunidad de soñar conmigo, lo que sería una vida que, aunque contiene su pequeña dosis de drama, tiene un final feliz asegurado. Espero que te guste y que no me odies por esta parrafada inútil. Cuando pases página supongo que te habrás olvidado de ella por completo. Al menos me queda el consuelo de que mientras lo estés leyendo, pensarás en todo lo que te he dicho, aunque sea por un segundo, y reflexionarás para adaptarte a un mundo que podríamos mejorar aportando un pequeño grano de arena. Por lo menos me consuela el hecho de que gracias a ti, me he desahogado, querido amigo/a…

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