Su cabello es un castaño oscuro, de tez blanca, risueña, muy linda, me sonrie siempre y mientras le hablo me presta atención, así este diciendo tontería y media, le toma mucha importancia a lo que digo sin distraerse, sus gestos son coquetos e interesantes, como si me dijera subliminalmente algo con su levantada de ceja, su media sonrisa, todo un lujurioso encanto.
Sabe de mi vida tiene confidencialidad y me recuerda que si sigo sus recomendaciones, mas seguro y saludable no podría estar, le converso sutilmente antes de empezar pero alguien interrumpe, es otro PASIENTE...ella apresura en darme las pastillas, mientras me coquetea por donde soy mas vulnerable, trato de comprender sus mensajes o tal ves los mal interpreto, pero el cosquilleo en el estomago síntoma de un típico enamoramiento crónico es inevitable, no quiero irme, tomo lentamente los medicamentos pero es en vano.
El tipo ese te coquetea, siento celos, tu lo ignoras, eres la enfermera ideal!...continuas y voy pensando.- Que es lo que pasaría si supieras las ganas que tengo en besarte con placer, de transmitirte con mis labios esas ganas lascivas de sentirte, de verte frente a frente, directo a los ojos, ¿Que me dirías si te dijera que eres la mejor medicina de la cual me recetas?
días después...
He sido un tonto, creo que no podré superarlo, ahora siento que fracaso cada vez que la veo, tengo miedo y es terrible, más terrible aun si sigues siendo tu, MI ENFERMERA, <>
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